DEPORTES
21 de enero de 2025
GRAN OPORTUNIDAD PARA MIRCO CUELLO

Especial: Walter Vargas
Febrero despuntará con una atrayente velada que el sábado 1 dará cabida a una de los pocos pichones de cracks que en estos desangelados tiempos puede ofrecer el boxeo argentino: el invicto pluma originario de Arroyo Seco, Mirco Cuello (14-0, con 11 KOs) se medirá con el muy terrenal mexicano Christian Olivo Barrera (21-1-1, con 8 KOs) en el T-Mobile de Las Vegas.
¿Premio al ganador? Según anunció el manejador de Cuello, el uruguayo Samson Lewkowicz, una chance con el británico Nick Ball (21-0 y 12 K=s), cuya próxima defensa está prevista para el 15 de marxo próximo, en Liverpoool, frente al rudo y trajinado irlandés TJ Doheny. Aludimos a la versión de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
El pibe Mirco, de 24 años, llevó a cabo una brillante carrera en condición de aficionado, incluso con podios olímpicos (bronce en los Juegos de la Juventud de Buenos Aires 2018), hasta saltar al terreno pago en noviembre de 2020, cuando en Rock Hill noqueó en el round 1 al nipón Akihiro Nakamura. Un mes después subió al ring en Culumbia y también resolvió el trámite a la primera vuelta de campana. Su víctima fue un azteca perdedor crónico como Jayvonne O´Neal (hoy 0-9, nueve veces noqueado). En fin… Otra curiosidad de la campaña del espigado muchacho criado en Villa Constitución es la de que nada menos que diez de sus 14 peleas las afrontó en el exterior. Cuatro en USA, dos en Colombia, dos en Uruguay, una en México y una en Panamá.
Del mismo modo, pese a que se ha hecho visible que cuando la vara está más alta, ya no define con un par de manos, resultan meritorios sus saltos de calidad versus el califoniado Rudy García y el ugandés Sulaiman Segawa. En ambos compromisos se impuso por un amplio margen de puntos.
¿Qué dicen los antecedentes de Barrera Olivo, peleador de Sonora, radicado en San Diego? Respetable, sí; temible, no. Lo mejor de su foja es haber interrumpido tres invictos del segundo nivel (Adrián Montoya, Carlos Vargas Jázquez y Kevin Barrin Crespo), pero cuando tuvo que saltar la valla más elevada, se reveló insuficiente el hilo de su barrilete. Perdió por un campo con el prospecto dominicano Luis Reynaldo Núñez (20-0 y 13 KOs).
¿Qué representaría una victoria de Mirco Cuello el 1 de febrero en Las Vegas? Pues una bocanada de aire fresco en el contexto de un boxeo argentino decadente por donde se mire. Ocho o nueve de los que salen allende Ezeiza, pierden, y algunos hasta en su propio patio, como el mendocino Juan Carrasco. Venimos de la ya lejana paliza de Jeremías Ponce contra Subriel Matías, de los ocho/nueve de diez asaltos perdidos por Sansón Rosa en Rusia, de la tunda propinada a Gustavo Lemos en Norfolk y de la digna derrota –nobleza obliga- de Tobías Jeremías Reyes en Nicaragua frente a la figura local Félix Alvarado. De paso: Agustín Gauto hace rato que ha dejado de ser un avión llamado a ser campeón del mundo. Por triste que parezca, tiene todo el aspecto de un ex boxeador de 27 años.
¿Qué nos queda? El mohicano de La Boca, Fernando Martínez, el Puma (único campeón de la tierra donde se canta el himno de Blas Parera y López y Planes), a la espera de la fecha de su postergada defensa con Kazuto Ioka y el veterano Yamil Peralta (en julio cumplirá los 34), que acaba de dilapidar una chance inmejorable en su pleito con el impresentable canadiense Ryan Rozicki. La orgánica falta de determinación de Peralta, un canto al aburrimiento, allanó el camino al fallo localista de empate por la corona interina del CMB.
… Y Mirco, Mirco Cuello, desde luego. Aceptable en la larga, espléndido en la media, con pólvora y, hasta donde se sabe, con sed de grandes noches. Veremos el sábado 1. El enorme y entrañable Horacio Accavallo solía recordarnos que “peleas son peleas”.