Que difícil es analizar a veces a Racing. Un equipo capaz de jugar 45 oniciales muy buenos, con solidez y personalidad, maniatando a su rival y casi pudiendo definir el clásico de visitante para cambiar absolutamente de postura y jugar la segunda etapa muy metido atrás, regalando campo y pelota. El 1-1 (21 Martirena y 78 Angulo) entre la Academia y los Diablos Rojos es estricta justicia. Eso es lo primero para destacar. Rey evitó una diferencia mayor con tres tapadas en esos buenos 45 iniciales de Racing. En el complemento los locales fueron a buscar apoyados en los ingresos de Cabral e Hidalgo y llegaron a la igualdad aprovechando un error de Arias. Es justo señalar que Racing no llegaba al clásico como favorito. Con muchos lesionados y varios jugadores al borde del colapso físico Costas armó el equipo con lo que pudo, incluso con jugadores que en otra instancia no hubieran jugado (Martinez al borde del milagro, Di Cesare, Salas engripado y Sosa volviendo de una dolencia). Tal vez por eso se pueda entender esa merma física en los 45 finales cuando él DT plantó un equipo más conservador y dejó que Independiente se adueñara del desarrollo. Un partido jugado con los dientes apretados, con roces, con tumultos y discusiones y que fue emotivo hasta el final. Un párrafo aparte para el pésimo arbitraje de Ramirez cobrando todas las jugadas dudosas para los locales e inclinando la cancha. Sería bueno que los dirigentes se acerquen cada tanto a la AFA y eviten que se lleven puesto a Racing desde fallos arbitrales que bordean la injusticia y lo inexplicable. Volviendo al fútbol el empate no es para despreciar si tenemos en cuenta la cantidad de jugadores averiados que tiene la Academia. Ahora será el momento de recuperar soldados y volver a sumar de a tres. Empieza una semana que tendrá el viaje a Santa Fé para jugar el partido pendiente con Unión el jueves y luego el domingo el debut en la Copa Argentina ante Santamarina de Tandil. Pasó el clásico y no defraudó. Dos equipos que con sus diferentes armas construyeron un choque lleno de emociones y situaciones cambiantes. Cómo balance de estos primeros meses del año el elenco Albiceleste ganó la Recopa, le ganó el clásico a Boca y medio emparchado se llevó un empate ante su clásico rival de visitante. Ahora está obligado a enderezar el rumbo en el torneo local mientras trata de rearmarse en el contexto de un plantel algo corto, espera el sorteo de la Copa Libertadores y se ilusiona con el debut de Richard Sánchez. La vida sigue, pasó el partido que nadie quiere perder y en el horizonte inmediato aparecen lindos desafíos para seguir creciendo.