Pasó Racing por Mar del Plata y se quedó con los tres puntos y una actuación convincente. Un 2-0 ( 13 Maravilla de penal y 35Solari) que no admite discusiones. La idea de Gustavo Costas era golpear rápido para administrar cargas y energía. Y le salió redondo el plan al DT. Un poco la ingenuidad del rival y otro tanto la concentración con la que jugó la Academia definieron el pleito en forma veloz. Con una lúcida tarea de Toto Fernández como manija, jugando y metiendo pases profundos. Con tres pilares del medio para atrás (Di Cesare, Sosa y Colombo) quienes no se equivocaron nunca. Y con la jerarquía al servicio del gol de Adrián Martínez que abrió el marcador con un penal y lidera la tabla de goleadores del certamen. Por eso cuando Santiago Solari de volea puso las cosas 2-0 la sensación de partido liquidado flotó sobre el estadio José María Minella. El Tiburón a esa altura era una mueca desdibujada de ese equipo que llegaba a este partido en pleno crecimiento. El segundo tiempo no tuvo alteraciones. Iba Aldosivi con el empuje de su gente, sin ideas y sin convicción. La Academia mientras tanto esperaba agazapada para lastimar. Y se lo perdieron Zucculini (2 veces), Balboa y hasta De Gregorio se animó a pisar el área en tiempo de descuento. Por eso el final llegó sin sobresaltos para Racing y con la pelota más cerca del arco de Carranza que del de Arias. Un triunfo necesario para los de Avellaneda porque en ese andar irregular de comienzos de año desperdiciaron puntos que hoy necesitan. Si el elenco de Gustavo Costas logra afianzarse y deja de perder tan seguido se puede convertir en un serio candidato a ganar cuánto torneo juega. Lo que sucede a veces es que a actuaciones que ilusionan le siguen presentaciones opacas y deslucidas que lo alejan de sus objetivos. Hoy Racing pasó por Mar del Plata, fue certero, contundente, rápido y furioso. Ganó 2 a 0 y tuvo su tarde de reencuentro y alegría a orillas del mar...