Nacida en junio de 1950 y desmantelada (porque me niego a escribir la palabra desaparecida) en diciembre del 2023 la Primera “D” ya no está entre nosotros. Sus relatos e historias increíbles y llenas de magia se contarán en difusas charlas de café y los más memoriosos hablaran de una categoría que alguna vez fue y hoy ya no es. Algún desprevenido cuando busque sus estadísticas en diarios o portales se chocará de frente con la triste noticia que fue fusionada junto con la Primera “C” y reemplazada por un nuevo torneo llamado “Promocional Amateur”. Donde quedó tu epopeya de goles históricos, ascensos gloriosos, dolorosas desafiliaciones y amores fieles que envolvían sueños y frustraciones? Conocida como Tercera División de Ascenso y luego División Superior de Fútbol Aficionado o sólo “Aficionados” en la jerga popular para el folclore futbolero es la “D” a secas. Por ella transitaron instituciones que ya no compiten en torneos de AFA como Piraña, Defensores de Corrientes, Defensores de Almagro, 9 de Julio, Sportivo Palermo, Porteño, Luz y Fuerza por nombrar a algunos. Mientras que otras que llegaron a tocar la gloria al jugar en la “A” escribieron sus propias historias transitando por sus campos de juego como pueden ser el Deportivo Español, Italiano, Defensa y Justicia, Riestra, Barracas Central, Armenio o Estudiantes de Caseros . Esta categoría tenía escondido en su reglamento el mayor de los temores o el dolor más ingobernable para cualquier club que era al ocupar el último puesto tener que sufrir la dolorosa desafiliación por el lapso de un año lo que significaba una tristeza enorme para sus hinchas que durante 365 días quedaban en pausa, huérfanos de pasión y sin poder ver saltar a la cancha a sus amadas divisas. Adonde irán tus relatos que mezclaban situaciones insólitas con momentos llenos de ternura?. Historias de dirigentes que eran además utileros para achicar gastos o incluso entrenadores. Partidos por donde cruzaban caballos al galope en plena área penal o situaciones insólitas de encuentros jugados en oscuras tardes invernales con lluvia en donde las luces de los autos estacionados al borde del campo de juego ayudaron a que el partido llegara a su final. Por sus humildes canchas pasaron jugadores que luego supieron brillar en la elite del fútbol argentino y mundial. Podemos nombrar entre otros a Silvano Maciel (Lamadrid), Panchito Maciel (Yupanqui), el Pochi Chávez (Atlas), Victor Zapata (Juventud Unida) o el panameño Dely Valdez ( Deportivo Paraguayo) quién alguna vez llegó a vestir la camiseta del PSG. Si viajamos más atrás en el tiempo nos encontramos con ilustres apellidos como los del Hueso Glaría en Juventud Unida, Eduardo Luján Manera en Sacachispas, Roberto Pasucci también en Juventud Unida o los casos de Angel Clemente Rojas y el Bocha Maschio, ambos en Arsenal de Lavallol , Norberto Outes en Victoriano Arenas o Héctor Casimiro Yazalde en Piraña. Jugadores que luego vestirían prestigiosas camisetas de clubes gigantes lo que demuestra que la “D” nutrió a equipos importantes de todo el planeta. Una división donde el jugar por amor a la camiseta excede lo discursivo para tornarse verdadero. Alguna vez convivieron en ella 32 equipos. En sus comienzos sólo eran 7 y terminó contando con tan solo 11 participantes, algo olvidada y casi abandonada por sus organizadores. Una categoría que siempre sufrió modificaciones y cambios constantes pero que supo reinventarse y ser atractiva y pasional con hinchas fieles y solidarios que supieron apoyar para que los clubes aún en las peores crisis económicas se mantuvieran abiertos y activos con esa solidaria consigna de sacar a los pibes de la calle y hacerlos practicar algún deporte. Pasaron los meses y empezaron los torneos de todas las categorías, de todas las ciudades, de todos los países del mundo pero ella, la entrañable Primera “D” no. Ya no está. Ya no es, ya no trasmite emociones, está apagada, guardada en algún archivo y en viejos recortes periodísticos pero hoy no llena la grilla de los antiguos programas del ascenso. De pronto desde un perdido lugar del conurbano bonaerense veo una procesión de hinchas fieles que con los colores de sus equipos caminan unidos buscando treparse a una vieja tribuna de tablones que envuelta en la bruma de un frío atardecer los cobije y les presta su alambrado para que ahí cuelguen los trapos y así de inicio a una nueva temporada de la “D” y entonces repaso los partidos y veo que Macabi se cruza con Luz y Fuerza. Piraña visita a Central Argentino. Central Ballester recibe al Deportivo Armenio y Arsenal de Lavallol se mide con el Deportivo Paraguayo y General Belgrano visita a Puerto Nuevo mientras que Liniers hace lo propio con Juventud Unida. Y se escuchan cantos y vuelan papelitos y el césped amarillento y algo desparejo se viste de fiesta y de pronto todo es silencio y oscuridad. Entonces caigo en la cuenta que todo fue producto de mi imaginación influenciada por la magia de los duendes del fútbol del ascenso y llega el duro momento de asumir que al menos esta temporada la gloriosa “D” es tan sólo un nombre flotando en el adiós…