Era un partido perdible decía un sincero Gustavo Costas luego del Racing 2- Central 0 (48 Vietto y 90 Adrián Martínez) en el Gigante de Arroyito. El DT campeón de la Copa Sudamericana lograba relajarse un poco luego de un partido áspero, friccionado y por momentos violento. Central que suele ser muy fuerte de local jugó muy al límite adelante y muy desconcentrado atrás. Racing fue un bloque sólido, compacto, tenaz y solidario. Marco Ruben debió ser expulsado antes del final del PT. Los de Avellaneda sabían que alguna iban a tener y la tuvieron. Llegó luego de una guapeada de Martirena por la derecha con un centro que se ensució y la aparición fantasmal de Luciano Darío Vietto para abrir el marcador. Desde ahí y hasta el final casi no se jugó porque los Canallas entraron en el juego de aspereza y fricción que propuso Racing y entonces hubo roces, patadas, golpes, lesionados y muchas interrupciones. El negocio lo hizo Racing que dejaba que los minutos se escaparan y el triunfo era una realidad. Luego llegó ese error grosero de Fatura Broun para el golazo de Maravilla desde lejos y el sueño de todo el mundo académico de ir por la doble corona. Algo que no será sencillo porque no depende de si mismo Racing que debe ganar y ganar y ganar y esperar. Hoy logró el séptimo triunfo consecutivo. La alegría por la Sudamericana sigue latente y mientras festeja mira de reojo la Liga Profesional y se ilusiona. Gana y sueña. Con jugadores lesionados, golpeados y cansados, con modificaciones hechas sobre el desarrollo del partido. Con una fé ciega y un optimismo conmovedor va y no se baja de la pelea...